miércoles, 16 de abril de 2014

La curiosa vida de H. Burton (Valparaíso-Mayfair)




Qué hace que el señor Burton corra y no se fije que hay un hoyo en el suelo. Cae y al levantarse sintió un pequeño dolor en su pierna izquierda. –“Creo que me torcí el tobillo”-. Desde que salí de casa me fijé en lo lindo que lucen los jardines en esta plaza de Mayfair; la misma plaza que veo en el cerro Concepción de Valparaíso. -¡Es igual!-. Desde que miro del faro aprecio cosas y objetos que antes no veía. Será porque mi vida hizo una intersección entre el pasado y el presente. Los jardines en uno de los bloques de departamentos en el que vivo, frente a la iglesia, los tienen inmaculados, y le hacen honor al nombre de la recogedora morada del Señor. En mi cerro en Valparaíso tengo una iglesia cercana que tiene unos ambientes con flores exóticas y un árbol de palto relajado. 




En Valparaíso los atardeceres son mágicos, con luces de rosas y naranjas en el cielo. Es una postal. En Mayfair veo gente paseando sus lustrosos caninos, que vuelan estrellados por el aire londinense. Sus amigos al otro lado del mundo, tienen una vida de brillante sol, durmiendo una siesta a la salida de los numerosos restaurantes que se han apostado por el cerro más turístico de Valparaíso. Otros, duermen a la salida del ascensor, donde extranjeros con sus espaldas encorvadas por su equipaje, les soban el lomo en señal de cariño y el perro encantado devuelve una mirada de miel. En mis paseos en Mayfair voy al pub de la esquina y me tomo un vaso de vino “shiraz” de Chile. En Valparaíso en el cerro Concepción, me gusta un “pisco sour”. Luego mi descanso se hace infinito. 

Al abrir las ventanas diviso el puerto con todos sus buques a la espera para llevar la fruta, cobre, salmón, madera, y otros productos que son los que ustedes están saboreando en estos momentos. Cuándo reciban un arándano bien redondeado y carnoso, seguro es chileno. Cerca de Oxford street compro en una pequeña tienda, que venden todo tipo de frutas y productos de Sudamérica,las ofertas de arándanos me atraen; compré cuatro cajas y en la noche mirando la televisión, me hago un postre de yogurt de vainilla(descremado)(no quiero que suba mi colesterol) con media caja de arándanos. Una delicia. Delicia son las experiencias de vivir en dos lados al mismo tiempo. A veces hay soledad, estados de eufória, nostalgia, y al final, un estado de agradecimiento a nuestro Señor por la oportunidad de mirar con unos ojos en doble lente…







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